Capítulo 1:
El Futuro sin Previo Aviso
Siento que estos días han sido muy raros para
mí, actualmente escribo el siguiente documento con un estado de locura
avanzado, algo que en un principio pensé que me iba a perjudicar; pero que al
fin y al cabo me ha traído más ventajas que desventajas.
Como
toda historia, al principio no se entiende todo lo que pasa en ese espacio temporal
determinado, y que a medida que avanza la historia con otro espacio nosotros
los humanos vamos pensando y formando el puzle: ¿qué Puzle? ¿Qué Historia...?
Son muchas preguntas, algunas con respuestas
y otras sin ellas. Como bien dice este capítulo, esto es el futuro y sin previo
aviso comenzaré a contar mi experiencia con la cuarentena.
Antes
de empezar, “toda respuesta no será
visible a la simple luz del sol, a veces tienes que entender y no solo leer…”
Capítulo 2:
Descúbreme...
Antes
de comenzar con la experiencia y entender mis reacciones en ese momento, esta
parte es clave, ya que realmente se puede entender algunas partes de esta “Historia”.
Yo siempre he sido alguien bastante inocente,
nunca me han interesado las noticias en general. Me enteré muy tarde de este
virus denominado “COVID-19” o como todo el mundo le dice, porque es más popular,
“CORONAVIRUS”. No solo me enteré tarde, también es que ni sabía qué era lo que
lo provocaba.
Siempre me ha gustado escribir: a los doce
años, por cosas de la vida, decidí empezar a expresar mis sentimientos a través
de canciones o poesías. Las mantenía en forma de diario, ¡vamos que solo yo
sabía de su existencia!
Y hace dos años decidí hacer público ese
“diario”. A día de hoy, me han llegado muchos insultos; ya sea porque les disgusta lo que escribo o
por otra cosa, y también me han llegado muchos apoyos y ánimos. La cosa es que
a diferencia de grandes cantantes en el mundo, no necesito que nadie me escriba
y. aparte de eso, yo solo cuento la realidad, no la ficción.
Desde pequeño me encantaba el futbol, quería
seguir la saga familiar, como mis bisabuelos, abuelo, padre y tíos. Quería
jugar al fútbol, pero en quinto ya me di por vencido, al ver que con la calidad
que tenía seguía jugando en ligas de menor nivel. Me sentía ofendido con el
trato que me habían dado los del Gran Tarajal. A día de hoy, sigo pensando lo mismo, pero no le doy
importancia, ya que ahora día tras día me dedico a mejorar algo en baloncesto.
Aparte de escribir poesías y canciones,
disfruto escribiendo historias, cuentos, etc. Lo que pasa es que necesito mucho
tiempo para hacer algo que realmente a mí me agrade.
Una
vez dicho esto, que es lo esencial, empezaré a contar mi experiencia con la cuarentena.
Capítulo 3:
Querida Inocencia, ¿Dónde estás?
Día 1 de la cuarentena (13/03/20) : Me enteré por el grupo que estaríamos dos
semanas sin clases. En un principio eso suena a bendición, pero en ese momento,
más que feliz, estaba molesto, ya que faltaban unos exámenes más y, aparte, no me disgustaba la idea de ir día
tras día al instituto. Me sentía bastante a gusto con mis compañeros y profesores.
Solo me quedo mirar el lado positivo del asunto: baloncesto 24/7 (supongo que
solo me quedaba disfrutar del baloncesto. Igualmente estaba molesto con lo
sucedido).
Día 2 de la cuarentena (14/03/20): Nada que
comentar, solo que salía a jugar baloncesto.
Día 3 de la cuarentena (15/03/20): Lo mismo.
Día 4 de la cuarentena (16/03/20): Lo mismo.
Día 5 de la cuarentena (17/03/20): Pasaron volando
esos días. En este, casualmente, me sentía observado; pero por algo que no
podía ver, lo cual era extraño, ya que la calle estaba vacía. No digo que fuera
algo paranormal, solo que me resulto raro. Cuando llegué las ocho y media a mi
casa paró esa sensación y no me sentía protegido; en verdad, todo me dio igual,
fue como si sintiera dolor en una parte y luego casualmente dejas de sentirlo.
Eso me paso a mí.
Día 6 de la cuarentena (18/03/20): No sé por qué,
pero nada más levantarme me sentía fatal y tenía la sensación de que ese iba a
ser un día horrible. Y así fue, por la tarde mi hermano me pilló aproximándome
a la puerta de la salida y me da la triste noticia:
“no
se puede salir a la calle”. En ese momento me sentí peor todavía, me sentí tan mal,
que entré en una falsa depresión, que más que depresión, se denominaría exageración.
Día 7 de la cuarentena (19/03/20): FALSA DEPRESIÓN
Día 8 de la cuarentena (20/03/20): FALSA DEPRESIÓN
Día 9 de la cuarentena (21/03/20): Últimamente he
estado apagado, pensado: ¿cómo estarán mis familiares: bien o mal? No quiero
que nadie de mi familia sepa que siento algo de miedo, de temor a todo esto…¡Me
raya el simple hecho de estar encerrado en mi casa!
Por
otro lado, pensé que esto de tomarme un tiempo sin baloncesto es buena idea, sinceramente.
Pensar que la vida es solo eso…estresa un poco y, siendo honestos, esos descansos que tú mismo no notas, que
pasa el tiempo veloz, son lo que mejor sienta, ya que afirma mi teoría: cuando
tengo esos descansos, vuelvo más fuerte que
Nunca.
Espero que ahora sea igual.
Siento que esto del corona me ha quitado la
inocencia, antes era como que no me importaban las noticias, en general nada me
importaba. Pero ahora me siento todo lo contrario: echo de menos mi inocencia,
pero bueno, tarde o temprano la iba perder igual, así que este tema no es un
anillo de Saturno en mi cabeza.
Realmente quiero tantas cosas, extraño tantas
cosas, tengo muchas preguntas, quiero las respuestas…¡Qué me las dé el interior,
no que me las de otra persona o un ser
Divino!
Capítulo 4:
La Locura
La locura, ¡ay la locura!, sin ella la vida
no puede ser “perfecta” o algo que disfrutemos… “Todos hemos hecho locuras
alguna vez, ¿no?” Ahí tienes mi respuesta a esta pregunta.
Duele que un ser querido, como una madre, te
vea loco y que se extienda y lo sepan mi padre, mis hermanos...Bueno, dependiendo
de la persona se entiende, pero yo ya de por sí soy muy loco, lo digo y
mantengo con mi filosofía de vida. Pero hablando en serio, en estos días mi madre
me vio más loco de lo normal y observar el rostro de preocupación en mis
familiares me dolió mucho, pero al final hasta un enemigo puede ser tu amigo…
¿Cómo?
Bueno mejor veamos lo que pasó en estos días.
Día 10 de la cuarentena (22/03/20): Veo objetos,
criaturas y muchas más cosas paranormales. Estoy asustado realmente y quiero
que todo acabe, espero que mi locura no me pase factura.
Día 11 de la cuarentena (23/03/20): “Mama, estoy bien...” Recuerdo esas
palabras, ya que creo que fue una gran mentira que tarde o temprano iba a
descubrir. Y al final lo descubrió. Yo no logro recordar nada de ese día, pero
según mi madre, llevaba todo ese día haciendo cosas muy extrañas, las cuales no
quiero citar.
Día 12 de la cuarentena (24/03/20): Este día está
negro para mí. Solo recuerdo la noche, pero citaré el relato de mis padres a
continuación. No quiero saber lo que hice hoy; sin embargo, recuerdo la cara de
mi hermano pequeño asustado, mi hermano pequeño, pese a que no para de
insultarme día tras día, de pegarme, y muchas cosas más…Yo lo quiero con todas
mis ganas (cuando él nació, haber tuve el típico berrinche de niño de “que no
le quería y tal”, pero luego ya le cogí mucho cariño). Yo quería hacerlo mejor
que mi hermano mayor en su función de hermano. Él no lo pudo hacer mejor cuando
estaba en el colegio conmigo, era mi mejor amigo; pero bueno, cuando llegó a segundo
de la ESO cambió y me olvidó. Yo siempre que puedo y el tiempo me lo permite, le
ayudo, pero por desgracia, mi hermano pequeño tiene el lado cabrón del mayor y,
bueno, aunque sea así conmigo, pues lo intento hacer lo mejor posible. Ese suceso
me ha marcado y del tejado no me había bajado. Parece que no, pero esa noche en
el tejado tuve una conversación con mi locura reencarnada en mi cuerpo y fue
como si hablara conmigo mismo, algo muy raro. También recuerdo que viví un bucle
que no terminaba, que me suicidaba y que cada vez que cayera, volvía al mismo sitio
y se repetía una y otra y otra y otra vez…No podía controlar mi cuerpo.
Finalmente,
acepté a esa locura: ser como mi hermano mientras que no me perjudicara.
Supuestamente
eso fue un sueño que tuve allá arriba en el tejado, yo no creo que haya sido
TODO un sueño, al menos la locura ya no me ha afectado para nada y al,
contrario, me ha ayudado a escribir nuevos poemas y canciones
Capítulo 5:
2 es + que 1
¡Ay!,
2 es más que ,1 algo lógico para todos, ¿no? Si alguien te dijera que “1 es más
que
2”
o “2 son multitud”, ¿sería un loco o tonto?
No, para mí es un sabio, aparte de solitario,
yo creo que primero hay que experimentar ambos polos de la vida, que haber, por
así decirlo, todos los hemos vivido en la vida, todos hemos experimentados
estar solos y todos hemos experimentados estar en compañía, entonces.... ¿Todos
podemos opinar?
Tristemente sí, pero una cosa es
experimentarla y otra cosa es disfrutar ambos puntos de vista. Ya que
habitualmente nosotros experimentamos, pero un polo de la vida nos disgusta, y
ya directamente el otro es mejor…Yo creo que eso es de una persona ignorante,
NADA es MEJOR que otra cosa, LeBron no es mejor que Jordan y viceversa.
A lo que quiero llegar es que..... Bueno,
mejor continuamos la travesía.
Para que entendamos este punto, salté el 25 y
el 26, ya que es tristeza nada más por el alargamiento de la cuarentena,
empezamos en el 27.
Día 15 de la cuarentena (27/03/20): Le
he enseñado a mi amiga la locura como soy y todo lo que he hecho, hubo algo que
le atrajo, Un relato que escribí en 1º de la ESO titulado Pesadillas en Valencia. Trata de un joven, Alfredo, que
recorre las calles de
Valencia buscando respuestas de su vida. En esa aventura, el joven
se va encontrando con monstruos por todos lados y en cierto momento de la trama
es mencionado “un
Doctor”, un personaje clave para entender la historia una vez
finalizada (ya que contando el final, que si no quieres verlo, la subrayo por
si te la quieres saltar y leer). Buscando a su madre, que no la encuentra, se
empieza a dar cuenta de que algo pasa. No es hasta cierto momento del final,
que descubres que los monstruos que veías eran enfermeros. También descubres
que Alfredo después de un accidente del principio se queda parapléjico y sufre
de “psicosis”.
Bueno, sin enredarme más por las ramas…continúo.
A mi locura le atrajo ese relato y me pregunto “¿por qué no sigues con una segunda
parte?”
Y mi respuesta fue: “porque no le veo
continuidad”. Y ella seguía insistiendo y me pregunta: “¿y si haces otra?”. Yo
no respondí nada y me quede pensativo durante mucho tiempo, la locura no
intervino porque ya sabía mi respuesta y es un “sí”. Pensando todo el día ya,
decidí una historia excelente, la cual podría continuar hasta cuatro “Libros o
Relatos” El primero ya lo he titulado como “Días
de Guerra y Plomo”. Su género es de zombis.
El resto de días me mantuve escribiendo
sobre mi relato, así que para obviar esos días, lo resumo acá.
Una vez leído, verás que desde un
principio puse mi experiencia por las nubes y salió algo que no es muy bueno. Ten
en cuenta lo que dije en un principio: “yo no necesito a nadie que me escriba y
todo lo que escribo es real” ¿Realmente te lo has creído? ¿Crees que realmente
estoy loco?
Solo
voy aclarar una cosa: cada uno es libre de creer lo que quiera.
Para
terminar, no creo que haya falta de explicar que “la locura”, pero bueno, tristemente
habrá gente que no entiende lo que realmente quiero expresar.
Ella no es un personaje, ni realmente
existió como lo describo en la historia. “La Locura” existió de cierto modo, la
quiero usar en esta historieta para expresar mi disgusto con estar encerrado, para
expresar como me sentía y mucho más, no es literal, es más bien una referencia
que todos sentimos, ese disgusto de no poder salir.
También (creo que no lo he dicho) es que
en un principio estaba asustado, aunque yo pensaba que esto era una exageración.
A día de hoy no tengo miedo y sigo pensado que es una exageración.
DMCE, estudiante
de Primero de Bachillerato
Comentarios
Publicar un comentario