Al enterarme de la noticia, no pensé que fuera a ser tan grave como lo está siendo, simplemente cavilé que todos cogeríamos conciencia y no saldríamos a la calle. Pero así no fue, todo el mundo pensó que esto eran unas pequeñas vacaciones, ya que se suspendieron las actividades lectivas y demás. Empezaron a salir a la playa, a hacer asaderos sin pensar en lo que realmente estaba pasando.
El Gobierno de
España tuvo que tomar sus medidas y empezar a multar a la gente que salía a la
calle sin motivo alguno. Ahora todos estamos aquí sin saber que va a pasar, con
miedo, por supuesto.
Por las
noches antes de dormir me pongo a pensar que estoy viviendo una pandemia, la
cual podré contársela a mis nietos. Esto desde mi punto de vista no es ninguna
bobería como piensan muchos, porque mi madre se está jugando la vida por curar
a los demás; cada día tengo más miedo de que se vaya a trabajar y no regrese
debido a que se haya infectado. También he reflexionado que ahora apreciaremos
más a nuestros seres queridos y a todos los lujos que tenemos sin darnos
cuenta.
Hoy, decimosexto día de reclusión, me puse
a pensar y saqué una conclusión bastante acertada: pensé que realmente somos el
cáncer de la tierra y si esto está pasando es por algo, quizás nos pedía a
gritos que paráramos de hacer el destrozo que estábamos haciendo. Esto va a
ayudar a que el Planeta Tierra vuelva a su estado normal, a que las flores
vuelvan a florecer, a que el mar vuelva a ser azul y que no tenga tantas
toneladas de plástico…A esto y montón de cosas más.
Una vez me
dijo mi abuela, que en paz descanse, lo siguiente: “cuida
lo que tienes, antes de que el tiempo te enseñe lo que perdiste”.
Tenía toda la razón del mundo.
Cangreja
¡Costó, costó mucho que escribiera algo! Buena reflexión y emotivo final con ese pequeño homenaje a tu abuela.
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